Romanos 8.26-30
Ayer aprendimos que Dios no muestra favoritismo. No obstante, sí disfruta de la cercanía con los suyos: en toda la Biblia, el Padre tuvo una relación íntima con su pueblo. Y hoy en día, todos los que han recibido a Jesucristo como Salvador, se han convertido en parte de la familia de Dios.
El Padre celestial desea tener una relación estrecha con cada uno de sus hijos. Podemos disfrutar de esta cercanía al comprometernos con Él en su Palabra y en la oración. La cercanía viene de una comunión cada vez más profunda que nos lleva a un mayor entendimiento de Dios, de su Palabra y de su voluntad para nuestra vida. A medida que pasamos tiempo con Él y lo obedecemos, el Señor comienza a conformarnos a su imagen. Luego trabaja a través de nosotros, y lo reflejamos a quienes nos rodean, como una luz puesta en un candelero (Mt 5.14-16).
No se permita quedar satisfecho solo con ser salvado de la ira venidera. El Señor desea que lo conozcamos íntimamente, y nos llama a cada uno a corresponderle con fe y compromiso. Él quiere que seamos como Abraham, quien es tiernamente descrito como amigo de Dios (2 Cr 20.7).
Biblia en un año: 1 Reyes 20-22
Fuente: Dr. Charles Stanley
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.