7 ago 2019

Posted by Refrigerio Bíblico | 15:04 | No comments

Éxodo 3.1-12

¿Quiere ser usado por el Señor? Espero que sí, porque esa es su voluntad para cada creyente. Como vimos la semana pasada, Efesios 2.10 dice que Dios nos creó en Cristo para hacer las buenas obras que planeó para nosotros de antemano. Si vamos a serle útiles, hay tres preguntas que debemos considerar:

¿Quién es Dios? En Éxodo 3, el Señor utilizó una zarza ardiente para llamar la atención de Moisés (Ex 3.2), y luego se le presentó como el Dios de sus antepasados (Ex 3.6). El futuro liberador de los esclavos hebreos necesitaba conocer la identidad de Aquel que lo llamaba al servicio. De la misma manera, debemos estar seguros de que estamos sirviendo al único Dios verdadero. De lo contrario, todos nuestros esfuerzos y sacrificios serán en vano.

¿Quién soy? Una vez que Moisés supo quién era Dios, se sintió abrumado por su propia insuficiencia, y le preguntó: “¿Quién soy?” (Ex 3.11). El Señor usa personas humildes que lo reverencien. Aunque Moisés sabía que era incompetente para la tarea, Dios le dio confianza, diciendo: “Ciertamente estaré contigo” (Ex 3.12).

¿Por qué estoy aquí? Dios le dijo a Moisés que su obediencia a la tarea culminaría en adoración (Ex 3.12). Romanos 12.1 dice que adoramos a Dios cuando nos ofrecemos como sacrificio vivo. En otras palabras, nos entregamos por completo al Señor para que pueda usarnos para su gloria. Existimos para glorificarle por medio de la manera como vivimos, hablamos y amamos.

Servir al Señor no es algo que ideamos y planificamos. No tiene nada que ver con nuestra voluntad, solo requiere que lo conozcamos y nos sometamos al Padre celestial, mientras confiamos con humildad en su poder para hacer su voluntad y para su gloria.

Biblia en un año: Isaías 63-66
Fuente: Dr. Charles Stanley

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