¿Están
sus convicciones espirituales tan arraigadas que le protegen contra la
tentación? Si es así, entonces ciertos problemas ya han sido resueltos en su
corazón. Piense en lo beneficioso que es enfrentar ciertas situaciones en las
que deberá elegir si debe obedecer a Dios, y no tener que luchar para decidir.
¿Por qué razón? Porque la decisión ya fue tomada.
Una
convicción firme hace que las decisiones sean fáciles, pues no hay que sopesar
los pros y los contras de rendirse a la tentación.
Los
apóstoles Pedro y Juan son buenos ejemplos. Las amenazas no les impidieron
hacer lo que el Señor les había ordenado. Por eso, vivir de acuerdo con
nuestras convicciones requiere:
Compromiso con una causa más grande que nosotros, es decir,
el Señor Jesucristo. Al igual que los apóstoles, debemos sentir un amor por
Cristo que supere cualquier interés personal.
Estar claros en cuanto a lo que creemos. No solo debemos
estar convencidos de que la Palabra de Dios es verdadera; también debemos ser
capaces de manejarla bien para enfrentar en la forma adecuada las tentaciones y
los engaños.
Estar dispuestos a tener conflictos. Otros pueden
reaccionar de manera negativa a nuestra obediencia.
Confianza en la soberanía de Dios. Él tiene el
control absoluto de la situación, y obra para nuestro bien.
Si
usted se compromete a vivir de acuerdo con sus convicciones, Dios le
fortalecerá para que se mantenga firme, y le brindará consuelo en medio de
cualquier sufrimiento.
Biblia en un año: Isaías 23-27
Fuente: Dr. Charles Stanley
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