EL CORDERO DE DIOS
Apocalipsis 7:17
Los
abejorros, tejones, leones, zorrillos, osos negros y perros sabuesos tienen una
cosa en común: si son amenazados, nos picarán, morderán, rociarán o atacarán. A
diferencia de los corderos que nunca atacan; antes bien, a lo largo de la
historia, son los lobos y otros depredadores quienes los han atacado a ellos.
Cuando la Biblia se refiere a los corderos, lo hace, por lo general, en el
contexto de una ofrenda. Por ejemplo, en la Pascua —el evento central del
Antiguo Testamento— Dios salva a su pueblo por medio de la sangre de un
cordero.
Por
tanto, usted podrá imaginarse la impresión de los discípulos cuando Juan el
Bautista presenta a Jesús, su Señor y Mesías, como “el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo” (Jn
1.29). El Dios de toda la creación, “por
medio de [quien] todas las cosas fueron creadas” (v. 3 NVI) viene a la
Tierra como . . . ¿un
cordero?
Alguien tenía que encontrarnos y salvarnos, incluso si eso significaba que muriera en lugar nuestro.
Es
una historia extraña. El cristianismo es la perspectiva de vida que presenta a
un Dios vulnerable —a un Dios que, en y por amor, se sometió voluntariamente a
ser atacado por los seres que Él mismo había creado. Por supuesto es importante
tener en cuenta que Jesús, el vulnerable Cordero, es también el poderoso
Cordero que gobierna desde su trono, que juzga al mundo y que triunfa en la
guerra (Ap
5.6; 14.9-11; 17.14) —pero aún así es el Cordero
“que fue inmolado desde el principio del mundo” (13.8).
Es
también una historia osada y original, la historia de todos nosotros —seres
quebrantados que nos hemos extraviado siguiendo la dirección equivocada, tan
hundidos en el pantano del pecado, que no podíamos encontrar el camino para
volver a casa, o salir de la zanja en que nos encontrábamos. Alguien tenía que
descender al abismo que habíamos elegido; alguien tenía que encontrarnos y
salvarnos, incluso si eso significaba que muriera en lugar nuestro. Y esa es la
historia de Jesús, el león que vino como un cordero. A diferencia de los
millones de corderos pascuales sacrificados a lo largo de la historia, Jesús
dio voluntariamente su vida “para quitar los pecados del mundo”.
por Matt Woodley
Biblia en un año: Rut
1-2
Fuente: www.encontacto.org
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