17 feb 2016

Posted by Refrigerio Bíblico | 18:49 | No comments

EL GRAN YO SOY

Dr. Charles Stanley

https://youtu.be/mwCRCgfVj3Q


PASAJE CLAVE: Éxodo 3.10-15

INTRODUCCIÓN

En las Sagradas Escrituras se mencionan diferentes nombres para describir a Dios; pero la única ocasión en la que nos explica el significado de su nombre es en Éxodo 3.14, 15, mientras hablaba con Moisés.

Después de haber recibido la encomienda de ir ante Faraón para liberar a los israelitas, Moisés pregunta con qué nombre debe identificar al Dios que le envió. “Y respondió Dios a Moisés. ‘Yo soy el que soy’. Y dijo: ‘Así dirás a los hijos de Israel, Yo soy me envió a vosotros’” (v.14). Luego le explicó lo siguiente: “Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos” (v.15). El Señor desea que todos los seres humanos recuerden su nombre y que conozcan su significado.

DESARROLLO DEL SERMÓN

El nombre “Yo soy el que soy” en Hebreo es Yahveh, el cual también se conoce como Jehová.
Este nombre nos indica que Dios no tiene ni principio ni fin, así como describe su grandeza, existencia eternal, soberanía, poder ilimitado y omnipresencia.

En el Antiguo Testamento encontramos tres nombres básicos para Dios.

Aunque no podemos comprender todo lo relacionado con el Señor, podemos aprender más de Él por medio de sus nombres.
  • Elohim es el nombre que se usa en Génesis 1.1, y se traduce como Dios. Se usa para describir su existencia antes del comienzo del tiempo y para destacar que es el Creador de los cielos y la tierra, y de todo lo que existe en ellos.
  • Adonai es el nombre Hebreo traducido Señor que significa Maestro.
  • Yahveh o Jehová es el nombre más sagrado y precioso de Dios. La mayoría de las veces se usa en relación con Abraham, Isaac y Jacob.
El nombre de Dios es sagrado y santo.

Uno de los Diez Mandamientos nos dice: “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano” (Éx 20.7). En la cultura hebrea el nombre de Dios recibía una gran reverencia, pero vivimos en una sociedad que no honra el nombre del Señor. Como cristianos, debemos tener cuidado de no dejarnos influenciar por esa tendencia que muchos siguen al profanar el nombre de nuestro Creador. Y en esto incluimos el nombre de Jesús, pues es el Hijo de Dios y su nombre también es sagrado y santo.

Jesús también es el Gran Yo Soy

En una ocasión, durante su ministerio en este mundo, el Señor causó una gran conmoción al decirle a los líderes religiosos de su época que: “Antes que Abraham fuese, yo soy” (Jn 8.58). Al instante se dieron cuenta de que eso significaba ser igual a Dios, y consideraron esa declaración como una profanidad. Y hubiesen estado en lo cierto de no ser por el hecho de que Jesús sí era Dios, pues la Biblia nos declara que solo existe un Dios verdadero.
El error de esas personas es que no supieron reconocer que Jesús era el Hijo de Dios, quien había venido a salvarlas. Gálatas 4.4, 5 nos dice lo siguiente: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”.

En más de una ocasión Jesús afirmó ser igual al Padre. Así que podemos llegar a la conclusión de que, o era un mentiroso e impostor, o en realidad era Dios hecho hombre.
  • Juan 14.9 Cuando Felipe le pidió que les mostrara al Padre, Jesús le dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”.
  • Juan 14.11 “Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí”.
  • Juan 10.30 “Yo y el Padre uno somos”.
  • Juan 8.58 Al decir, “Antes que Abraham fuese, yo soy”. Jesús no solo afirma ser eterno, sino que se identifica con el nombre de Dios, al incluir la frase “Yo Soy”.
  • Juan 1.1-3 Cuando el apóstol Juan escribió su evangelio, comparó a Jesús con el Verbo, al decir: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. También nos enseña que Jesús es el Creador de todo lo que existe al afirmar que: “Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.
Puede que nos preguntemos por qué el nombre Yo Soy pareciera estar incompleto. ¿Yo Soy qué cosa? Y es con el propósito de autenticar su igualdad con el Padre y aclarar nuestras preguntas, que Jesús usa este título en varias ocasiones. De esa manera nos declara que es Dios y explica el propósito de su venida a este mundo.
  • Juan 6.35 “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.
  • Juan 10.9 “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”.
  • Juan 10.14, 15 “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas”.
  • Juan 15.5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
  • Juan 8.12 “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
  • Lucas 22.70 Cuando los líderes religiosos de Israel le preguntaron a Jesús si era el Hijo de Dios, Él respondió: “Vosotros decís que lo soy”.
  • Juan 14.6 “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.
  • Apocalipsis 1.8 “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”.
Aunque no podemos comprender todo lo relacionado con el Señor, nos envió a su Hijo en forma de hombre para que fuera una expresión viva de sí mismo y de su nombre. Es en la persona de Jesucristo que apreciamos tanto el amor como la grandeza de nuestro Dios. Nuestro Padre celestial nos amó lo suficiente para enviar a su Hijo a este mundo a salvarnos. Y Jesús demostró su amor al morir en la cruz para pagar la deuda que teníamos por nuestros pecados. Qué grandioso Dios tenemos; Él es el Gran Yo Soy.

REFLEXIÓN
  • ¿Qué ha aprendido acerca de Dios y de su Hijo por medio del estudio de su nombre? ¿De qué manera aumenta esto la reverencia y el amor que siente hacia el Señor?
  • Usar el nombre de Dios en vano es más que usarlo indebidamente. Como cristianos, llevamos su nombre con nosotros a todas partes. ¿De qué forma podríamos llegar a deshonrar su nombre con nuestras palabras, conducta y actitudes? ¿De qué manera podemos glorificar y exaltar su santo nombre?


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