Muchas personas creen que hay muchos caminos para llegar a Dios y que cada religión representa una parte de la verdad. Pero Jesús dijo, “Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Él no dijo que era uno de muchos caminos legítimos para llegar a Dios o el camino a Dios sólo para esa época. Él dijo ser el único camino a Dios-en ese entonces y para siempre.
JESÚS ES SEÑOR
El pensamiento contemporáneo dice que el hombre es el producto de la evolución. Pero la Biblia dice que fuimos creados por un Dios personal para amarlo, servirlo y disfrutar una comunión eterna con Él.
El Nuevo Testamento revela que Jesús Mismo fue Quien creó todo (Juan 1:3; Colosenses 1:16). Por lo tanto, Él también es dueño de y tiene autoridad sobre todo (Salmo 103:19). Eso quiere decir que tiene autoridad sobre nuestras vidas y le debemos devoción absoluta, obediencia y adoración.
Romanos 10:9 dice: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Confesar a Jesús como Señor quiere decir someterse humildemente a Su autoridad (Filipenses 2:10-11). Creer que Dios lo ha levantado de los muertos quiere decir que confías en el hecho histórico de Su resurrección—el pináculo de la fe Cristiana y la manera en la que el Padre afirmó la deidad y autoridad del Hijo (Romanos 1:4; Hechos 17:30-31).
La verdadera fe siempre está acompañada de arrepentimiento del pecado. El arrepentimiento es más que simplemente sentirnos mal por el pecado. Es estar de acuerdo con Dios en que eres pecador, confesar tus pecados a Él, y tomar una decisión consciente de dejar el pecado y seguir la santidad (Isaías 55:7). Jesús dijo, “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15); y “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” (Juan 8:31).
No es suficiente creer ciertos hechos de Cristo. Hasta Satanás y sus demonios creen en el Dios verdadero (Santiago 2:19), pero no lo aman ni lo obedecen. Su fe no es genuina. La verdadera fe salvadora siempre responde en obediencia (Efesios 2:10).
Jesús es el Señor soberano. Cuano lo obedeces estás reconociendo Su señorío y te estás sometiendo a Su autoridad. Eso no quiere decir que tu obediencia siempre será perfecta, pero esa es tu meta. No hay área de tu vida que rehúses entregársela.
JESÚS ES EL JUEZ
Todos los que rechacen a Jesús como su Señor y Salvador lo enfrentarán un día como su Juez: “Dios…ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos 17:30-31).
Segunda de Tesalonicenses 1:7-9 dice: “Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluídos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.”
¿CÓMO RESPONDERÁS?
¿Quién dice la Biblia que es Jesús? El Dios viviente, el Santo, el Salvador, el único objeto válido de fe salvadora, el Señor soberano y el Juez justo.
¿Quién dices tú que es Jesús? Ésa es la pregunta inescapable. Sólo Él puede redimirte—librarte del poder y de la paga de tus pecados. Sólo Él puede transformarte, restaurarte para que tengas comunión con Dios y dar a tu vida propósito eterno. ¿Te arrepentirás y creerás en Jesucristo como tu Señor y Salvador?
Extraído del libro “La voluntad de Dios”, escrito por el Pastor John MacArthur y publicado por Editorial Mundo Hispano.