• JUAN 3:16

    16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna...

  • SALMOS 5:11

    11 Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre....

  • ROMANOS 14:17

    17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo....

25 ene 2015

Posted by Refrigerio Bíblico | 13:33 | No comments

La pasión por servir a Dios


Oswald Chambers, autor de En pos de lo supremo, murió en 1917 a los 43 años. Su influencia, sin embargo, sigue viva. Casi un siglo más tarde, Dios sigue utilizando el libro de este escritor para hablar a los corazones. Soy uno de los muchos que han sido tocados por sus palabras. El mensaje de Chambers ha perdurado porque dio prioridad a las cosas de valor eterno, no a las del mundo.
Tristemente, muchas personas eligen una existencia sin significado perdurable. Dedicarse a ganar tanto dinero como les sea posible, complacerse a sí mismas y jubilarse para disfrutar de la buena vida, no es bíblico. Vivir de verdad implica darnos sin reservas a Dios para que Él pueda usarnos como mejor le parezca. Los cristianos como Chambers, que dejan una huella duradera, tienen pasión por servir al Señor. Buscan maneras de expresar su amor y su devoción a Dios.



Como ciudadanos del reino celestial, los creyentes deben ver su trabajo como “siervos de Dios todopoderoso”. Tal vez usted esté pensando: Tengo un trabajo secular o Mi vida no tiene mucha importancia. Pero déjeme decirle, si usted está decidido a ser útil para el reino, Dios le dará tareas de valor eterno. Comparta su fe con quienes sufren. Ya sea por medio de su profesión o entre sus vecinos, póngase a disposición de las personas que necesiten ayuda. Cuente a otros lo que el Señor está haciendo en su vida.
Usted ha sido llamado a servir a Dios en el lugar en el que está. A todos se nos ha dado el trabajo de evangelizar y enseñar (Mt 28.19), así como la tarea de ocuparnos de los necesitados (Is 1.17Gá 6.2). Hay mucho trabajo por hacer.

Fuente: www.encontacto.org

5 ene 2015

Posted by Refrigerio Bíblico | 06:12 | No comments
Señales a lo largo del camino

Cuando nos sentimos perdidos en la vida, las historias de la Biblia están allí para conducirnos hacia Dios en medio de la niebla.

por Jerry Sittser

¿Sabía usted que antes de que existiera el término “cristiano”, los creyentes eran conocidos como los seguidores del Camino (Hch 11.26; 9.2)? Fue un nombre bien elegido, porque implicaba dos características del naciente movimiento, que lo distinguían: el camino de la salvación que Jesús mismo es, y el modo o camino de vida que Él llama a sus discípulos a seguir (Jn 14.6; 13. 15).

El nombre “El Camino” evoca la imagen de una carretera, o de una senda que tomamos en la vida, pero sugiere también una historia. A medida que viajamos con Cristo, estamos viendo una historia, una narración que a veces incluye remolinos y cascadas; otras, una suave ondulación; y otras, un gran dramatismo.

El problema es que no siempre sabemos qué pensar de lo que nos ha pasado. ¿Cómo “leemos” la compleja historia de nuestras vidas e interpretamos con exactitud lo que Dios ha hecho y está haciendo? Al recorrer el Camino, encontramos que, por lo general necesitamos señales que nos guíen al siguiente trecho del viaje, adentrándonos más en la narración.

Por eso es tan importante conocer la historia de la redención de Dios, conservada en la Biblia, porque nos ayuda a conocer mejor nuestra propia historia. En particular, podemos recurrir a los relatos de hombres y mujeres fieles de la “gran nube de testigos” (He 11), para ver nuestras vidas a la luz de la verdad divina. Ellos nos recuerdan que hay, efectivamente, un camino que podemos seguir cuando todo parece perdido.

Considere las historias que siguen, y observe cómo funcionan como señales. La lista que sigue apenas escarba la superficie de las muchas historias que hay en la Biblia, y el potencial que tienen ellas para guiarnos en nuestra propia peregrinación con Dios.





Aunque dude de que hay un camino más adelante, Dios está obrando.

Señal # 1

Tomemos, por ejemplo, la historia de Sara y Abraham, dos personajes en la historia del plan redentor de Dios. El Señor se les apareció y les prometió que, por medio de su simiente, Él crearía una nación y bendeciría al mundo (Gn 12.2, 3; 15.1-6). Pero pasaban los años, y Sara seguía siendo estéril. Sin embargo, el Señor nunca les dijo que había cambiado de idea.

Muchos años después, el Señor anunció a Abraham que su esposa concebiría y daría a luz un hijo, a pesar de que ella tenía más de noventa años de edad. Al escuchar accidentalmente la conversación, Sara se rió con incredulidad, como si se dijera sarcásticamente a sí misma: ¿Puedo realmente esperar experimentar tanto gozo a estas alturas de la vida?El Señor sabía que ella se había reído y le preguntó por qué. Después añadió: “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Gn 18.14).

Sara se rió porque, dadas sus circunstancias, no podía imaginarse cómo podría Dios cumplir su promesa. No tenía ni idea de que en el momento de su mayor duda y cinismo, el Señor estaba a punto de hacer un gran milagro. El resultado fue que la oscuridad de su incredulidad estaba por dar paso a la luz de un amanecer glorioso.





Aunque usted se sienta olvidado, la historia no ha terminado.

Señal # 2

Piense en la historia de José (Gn 37; 39-47). ¿Qué significó para él ser traicionado por sus hermanos? ¿Ser vendido como esclavo? ¿Ser encarcelado por respetar y tratar de proteger la honra de la esposa de su amo? Su sufrimiento duró mucho más de lo que podemos imaginar.

Un pequeño incidente en particular me hace pensar en la clase de experiencia que puede destrozar a cualquier persona. Según cuenta la historia, dos hombres de la corte de Faraón, el copero y el panadero, fueron encarcelados por alguna falta que cometieron. Ambos tuvieron sueños tan confusos, que no tenían idea de cómo interpretarlos. José se dio cuenta de lo turbados que parecían los hombres, y les preguntó la causa de su intranquilidad. Cuando le contaron al joven hebreo sus sueños, se sorprendieron al descubrir que Dios le había dado a José la capacidad de interpretarlos. En cuanto al sueño del copero, predijo un resultado favorable; sobre el del panadero, un final adverso. Entonces le imploró al copero que lo recordara una vez que su posición de autoridad ante Faraón le fuera restituida. Pero el copero se olvidó de su promesa, y José siguió en la prisión.

Eso debió de haber sido muy desalentador y frustrante para José, quien pudo haber renegado de Dios allí mismo. Se había mantenido fiel, pero ¿dónde estaba la evidencia de la fidelidad de Dios? ¿Por qué seguir confiando en Él?

José no sabía nada del futuro, por supuesto. No tenía la menor idea de lo que habría más allá en el camino: los años de abundancia y de hambre en Egipto; el sueño inquietante de Faraón; el papel supervisor de José en el acopio y la distribución del trigo que más tarde salvaría a Egipto; su reconciliación con sus hermanos, y su gozoso reencuentro con su padre. José tuvo que tomar una decisión: confiar en Dios o abandonar la fe. Eligió permanecer en la historia, aunque su oportunidad de liberación parecía haberse desvanecido.

Si José hubiera sido puesto en libertad cuando tenía la esperanza de que eso sucediera, la historia habría resultado buena para él, sin duda, pero solamente para él. Con toda probabilidad, él jamás habría visto a sus hermanos y a su padre otra vez; nunca habría asumido una elevada posición de responsabilidad en la corte; nunca habría salvado a toda una nación del hambre. Ese habría sido el precio de un final prematuro. Una vez más, esta historia sirve como señal. Al igual que Sara, José fue llamado a creer en que el Señor estaba obrando cuando había poca o ninguna evidencia de ello. José se mantuvo en el camino de Dios.


Aunque su lucha parezca ser en vano, Dios mismo será su recompensa.

Señal # 3

La historia de Job comienza en una escena terrenal. Es rico y poderoso; tiene su esposa y varios hijos; es compasivo y generoso, un modelo de fe. Entonces, la escena cambia abruptamente. En la corte celestial, Satanás desafía a Dios con el argumento de que Job era bueno y fiel porque Dios le había facilitado las cosas. Satanás quiso poner a este hombre a prueba, y Dios le permitió que le quitara la riqueza, luego a sus hijos, y finalmente su salud (Job 1­2).

Lo único que le queda a Job es su dolor. Se sienta sobre un montón de cenizas, donde se lamenta, se rasca sus úlceras, y anhela llevar su queja ante el Señor. Cuando tres amigos visitan a Job para consolarlo, se atreven a explicarle por qué ha sufrido tanto: le dicen que es porque ha hecho algo para merecerlo. Su esposa le dice que maldiga a Dios. Job clama en su agonía y desesperación al Señor, y desea estar muerto. Pero rechaza las explicaciones de sus amigos, y se niega a maldecir al Señor (Job 3­6).

Entonces Dios le habla a Job desde un torbellino, para demostrarle con absoluta autoridad que Él es Dios ­trascendente, poderoso y sabio. Job está simplemente abrumado por esta experiencia y, al final, se rinde y confiesa haber hablado de asuntos que no entendía (Job 38­42).

Todo esto puede parecernos injusto, principalmente porque no hemos vivido la experiencia, pensando de manera abstracta acerca de Dios, como lo hicieron los amigos de Job. Fue Job quien experimentó pérdidas catastróficas concretas. Por otra parte, fue Job quien experimentó la gloria de Jehová, quien vino a él de una manera concreta. Es por eso que, cuando vemos su historia, tenemos que imaginar lo que debió haber sido para Job tener ese encuentro con el Dios verdadero, y esa fue la razón por la que él no tuvo más preguntas que hacer. Porque, cuando una persona descubre que Dios es un ser real y glorioso, encuentra que Él es la respuesta a todas las preguntas. La recompensa de Job no fue la restauración de sus medios de subsistencia y de su familia (aunque le fueron dados esos regalos); su verdadera recompensa fue nada menos que Dios mismo.

Esta es la razón por la que la historia de Job puede ser una señal: Job luchó. Pero, de alguna manera, siguió adelante con fe, hasta dónde pudo, y el Señor se le apareció. Entonces, todas sus quejas y todas sus preguntas se transformaron en admiración: “Yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía… De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42.3-5).

El Camino es duro y angosto, dice Jesús. Pero también nos asegura que su yugo es fácil, y ligera su carga (Mt 7.14; 11.30). Puede ser que nos resulte más fácil vivir en esta tensión si nos detenemos a leer las señales a medida que avanzamos. Las dificultades enfrentadas por Sara, José y Job nos recuerdan que aunque ellos sufrieron como nosotros, se mantuvieron en el Camino y tuvieron la experiencia de ver cumplido el plan redentor de Dios. Nosotros, también, que estamos rodeados por una gran nube de testigos, podemos despojarnos de todo lo que nos asedia, y seguir adelante, mirando a Jesús mismo, quien es el autor y consumador de nuestra fe.

Jerry Sittser es autor de A Grace Revealed: How God Redeems the Story of Your Life [Gracia revelada: Cómo Dios redime la historia de mi vida].





Posted by Refrigerio Bíblico | 06:06 | No comments

Aceptados por el Señor

Nuestro Padre celestial sabe que anhelamos ser aceptados, y sentir que formamos parte de algo. Él se encarga de ambas necesidades cuando recibimos a su Hijo Jesucristo como nuestro Salvador.
Por el pecado de Adán, se rompió nuestra conexión espiritual con el Señor (Ro 5.12). Por tanto, cada ser humano ha nacido desde entonces con una naturaleza “carnal” que mantiene al hombre separado de Dios. Pero el Padre tenía un plan para reconciliarnos con Él por medio de la sangre vertida por su Hijo (Col 1.20). Debemos entender que somos pecadores incapaces de pagar la deuda por nuestro pecado —algo que solo la muerte de Jesús en la cruz pudo pagar.
Toda persona que acepta el sacrificio de Cristo, recibirá el perdón de sus pecados y la reconciliación con Dios. Por haber sido justificados por la sangre del Salvador cada uno de nosotros llega a ser una nueva creación en Él.


En el momento de la salvación, somos aceptados en la familia de Dios, y recibimos el derecho de llamarlo nuestro Padre celestial. Con esta aceptación viene un sentido de pertenencia. Ahora somos parte de una familia unida en Cristo. Exteriormente somos diferentes unos de otros; pero, interiormente, estamos unidos por el mismo Espíritu (1 Co 12.12-14).
Nuestra sociedad nos dice que la aceptación se basa en lo que hacemos y en cuánto logramos. Pero el mensaje de Dios nos dice lo contrario: la fe en Cristo es la única razón para ser aceptados por Él. La presencia del Espíritu Santo en nosotros nos da testimonio de que siempre perteneceremos al Señor.

Fuente: www.encontacto.org

Posted by Refrigerio Bíblico | 05:11 | No comments

La herencia de los hijos de Dios

La palabra herencia nos hace pensar, por lo general, en dinero y en propiedades que pasan de una generación a otra. Pero Dios tiene una herencia más grande para sus hijos —una que les da en el momento en que pasan a ser parte de su familia.

Gálatas 4.7 nos dice que los creyentes somos herederos de Dios. El primer tesoro de valor incalculable es una esperanza viva en Jesucristo que no nos puede ser quitada (1 P 1.3, 4). Además, el Señor ha prometido atender nuestras necesidades conforme a sus riquezas (Fil 4.19). En otras palabras, ya tenemos todo lo que necesitamos para disfrutar de una vida victoriosa.

No obstante, algunas personas quedan atrapadas en la pobreza espiritual, porque se niegan a verse a sí mismas como hijos de Dios. Por no aprovechar la herencia que tienen, deambulan por el mundo con la esperanza de mantenerse aferrados a su poca fe, hasta tener la suerte de morir e ir al cielo. Si vivimos así, por supuesto que nos perdemos las bendiciones que pueden ser nuestras en esta vida, pues no las estamos buscando.




¡Qué diferente se ven a sí mismo las personas cuando ven las cosas a través de los ojos de Jesús! Los cristianos que viven como los herederos de Dios que son, utilizarán su herencia de gracia para bendecir a todo el mundo.

Dios nos promete a todos los creyentes una herencia de su gracia infinita. Somos ciudadanos del cielo ricos espiritualmente, y por eso no debemos temerle a nada en este mundo. Decida vivir confiadamente en Cristo, y vea cuán abundante es la bendición de la herencia que su Padre celestial tiene ya reservada para usted.

Fuente: www.encontacto.org


3 ene 2015

Posted by Refrigerio Bíblico | 17:05 | No comments
EL DISCURSO DEL REY: DECLARACIONES PERFECTAS A SU SEGUNDA VENIDA 
(Mateo Cap. 24).
Por: Dr. Félix Muñoz

Los capítulos 24 y 25 forman lo que es llamado el Discurso del Olivete, llamado así porque este importante mensaje fue dado en el Monte de los Olivos. El discurso es enteramente profético; señala hacia adelante, al Periodo de la Tribulación y a la Segunda Venida del Señor. De manera primaria, aunque no de forma exclusiva, tiene que ver con la nación de Israel. Su marco es evidentemente Palestina; por ejemplo: «Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes» (24:16). Su entorno es distintivamente judaico; por ejemplo: «Orad para que vuestra huida no sea… en sábado» (24:20). La referencia a los escogidos (24:22) debería ser comprendida como de los escogidos judíos de Dios, no la iglesia. Como veremos más adelante, la iglesia no se encuentra en las profecías, ni en las parábolas de este discurso.
A.   Jesús predice la Destrucción del Templo (24:12).
El discurso comienza con la significativa declaración de que Saliendo Jesús, se iba del templo. Este movimiento es especialmente significativo a la luz de las palabras que acababa de pronunciar: «… vuestra casa os es dejada desierta» (23:38). Nos recuerda la descripción de Ezequiel de la gloria alejándose del templo (Ez. 9:3; 10:4; 11:23). Los discípulos querían que el Señor admirase la hermosura arquitectónica del templo con ellos. Estaban ocupados en lo efímero en lugar de en lo eterno, interesados en las sombras en lugar de en la sustancia. Jesús les advirtió que el edificio quedaría tan absolutamente destruido que no quedaría piedra sobre piedra. Tito intentó salvar el
Templo, pero fracasó, porque sus soldados lo incendiaron, cumpliéndose así la profecía de Cristo. Cuando el fuego fundió los ornamentos de oro, el metal fundido corrió entre las grietas de las piedras. Para tomarlo, los soldados tuvieron que quitar las piedras una por una, tal como había predicho nuestro Señor. Este juicio fue ejecutado en el 70 d.C., cuando los romanos, dirigidos por Tito, saquearon Jerusalén.


B. La primera mitad de la Tribulación (24:314).
Después que Jesús hubiese pasado al Monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte y le hicieron tres preguntas:
1. ¿Cuándo sucederían estas cosas? Esto es, ¿cuándo sería destruido el templo?
2. ¿Cuál sería la señal de Su venida? Esto es, ¿qué acontecimiento sobrenatural precedería a Su regreso a la tierra para establecer Su reino?
3. ¿Cuál sería la señal del final de esta época?, esto es, ¿qué sería lo que anunciaría el fin de la edad de modo inmediato a Su glorioso reinado? (La segunda y tercera preguntas son esencialmente la misma.)

Es preciso recordar que el pensamiento de estos discípulos judíos giraba en torno a la gloriosa era del Mesías sobre la tierra. No estaban pensando en la venida del Mesías a por la iglesia; poco sabían, por no decir que nada, acerca de esta fase de Su venida. Su expectativa era Su venida en poder y gloria para destruir Sus enemigos y reinar sobre el mundo. También deberíamos tener claro que no estaban hablando del fin del mundo (como en RV y RVR) sino acerca del fin de la era (Gr.aiön). Su primera pregunta no fue respondida de forma directa. Más bien, el Salvador parece unir el asedio de Jerusalén en el 70 d.C. (véase Lc. 21:20–24) con un asedio similar que tendrá lugar en los postreros tiempos. En el estudio de la profecía, vemos a menudo al Señor pasando casi imperceptiblemente de un cumplimiento temprano y parcial a otro cumplimiento posterior y definitive.

Las preguntas segunda y tercera reciben respuesta en los versículos 4–44 del capítulo 24. Estos versículos describen el Periodo de Tribulación de siete años que precederá al glorioso Advenimiento de Cristo. Los primeros tres y medio años se describen en los vv. 4–14. Los últimos tres años y medio, conocidos como la Gran Tribulación y el Tiempo de la Angustia de Jacob (Jer. 30:7), serán un tiempo de sufrimiento sin precedentes para los que estén en la tierra. Muchas de las condiciones que caracterizan a la primera mitad de la Tribulación han existido en cierto grado a lo largo de la historia humana, pero aparecerán en forma muy intensificada durante el periodo del que estamos tratando. A los que pertenecen a la iglesia se les ha anunciado que tendrán tribulación (Jn. 16:33), pero es algo muy diferente de la Tribulación que será derramada sobre un mundo que ha rechazado al Hijo de Dios.

Creemos que la iglesia será tomada fuera del mundo (1 Ts. 4:13–18) antes que comience el día de la ira de Dios (1 Ts. 1:10; 5:9; 2 Ts. 2:1–12; Ap. 3:10). Durante la primera mitad de la Tribulación aparecerán falsos mesías, que conseguirán engañar a grandes multitudes. El actual surgimiento de falsas sectas puede ser un preludio de ello, pero no un cumplimiento. Estos falsos guías religiosos serán judíos pretendiendo ser el Cristo.

Habrá guerras y… rumores de guerras. … se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Sería fácil creer que estamos viendo esto cumplido en laactualidad, pero lo que vemos es suave en comparación con lo que será. En realidad, el siguiente acontecimiento en el calendario divino es el Arrebatamiento de la iglesia (Jn.14:1–6; 1 Co. 15:51–57). No hay profecía que haya de quedar cumplida antes de esto. Después que la iglesia sea quitada, el reloj profético de Dios reanudará su marcha y estas condiciones se manifestarán rápidamente.Hambres, epidemias, y terremotos en diferentes lugares de la tierra. Incluso ya en la actualidad los líderes del mundo están alarmados por el espectro del hambre debido al estallido demográfico. Pero esto quedará acentuado por las escaseces debidas a las guerras.


Los terremotos están atrayendo más y más la atención pública: no sólo los que están teniendo lugar ahora, sino aquellos que se esperan. Una vez más, esto es sólo una pequeñez, y no el cumplimiento final de las palabras de nuestro Salvador. El versículo 8 identifica claramente este periodo como principio de dolores: el desencadenamiento de los dolores de parto que producirán un nuevo orden bajo el Mesías-Rey de Israel. Los creyentes fieles experimentarán una gran prueba personal durante la Tribulación. Las naciones llevarán a cabo una acerba campaña de odio contra los que son fieles al Señor.

No sólo serán juzgados en tribunales religiosos y civiles (Mr. 13:9), sino que muchos serán martirizados porque rehusarán abjurar. Aunque estas pruebas han sucedido durante todos los periodos del testimonio cristiano, éste parece referirse de manera particular a los 144.000 creyentes judíos que tendrán un especial ministerio durante este periodo. Muchos apostatarán para no sufrir y morir. Miembros de la propia familia informarán en contra de sus propios parientes y losentregarán a sus feroces perseguidores.

Muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a multitudes de gente. No tienen que ser confundidos con los falsos mesías del versículo 5. Los falsos profetas pretenden ser portavoces de Dios. Pueden ser detectados de dos maneras: Sus profecías no siempre se cumplen, y sus enseñanzas siempre apartan a los hombres del verdadero Dios. La mención de falsos profetas añade una confirmación a nuestra declaración de que la tribulación es primariamente de carácter judaico. Los falsos profetas están asociados con la nación de Israel; en la iglesia, el peligro procede de los falsos maestros (2 P. 2:1).

Con el dominio de la maldad, los afectos humanos serán menos y menos evidentes. Los actos de falta de amor serán comunes. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Esto, es evidente, no significa que las almas de los hombres serán salvadas en aquel tiempo por su perseverancia; la salvación es siempre presentada en la Biblia como un don de la gracia de Dios, y su recepción por la fe en la muerte sustitutiva y resurrección de Cristo. Tampoco puede significar que todos los que perseveren escaparán al daño físico; ya hemos visto que muchos creyentes serán martirizados (v. 9). Se trata de una declaración general de que cuantos se mantengan firmes, soportando la persecución sin caer en la apostasía, serán liberados en la Segunda Venida de Cristo. Nadie debería imaginarse que la apostasía pueda ser un medio de escape ni de seguridad. Sólo aquel que tenga verdadera fe será salvo. Aunque la fe salvífica pueda tener altibajos, tiene siempre la cualidad de la permanencia.

Durante este periodo se proclamará por todo el mundo el evangelio del reino…para testimonio a todas las naciones. Como se explica en las notas sobre 4:23, elevangelio del reino es las buenas nuevas de que Cristo viene a establecer su reinosobre la tierra, y que aquellos que le reciben por la fe durante la Tribulación gozarán de las bendiciones de Su Reinado Milenial.

El versículo 14 se usa a menudo de forma errónea para demostrar que Cristo no podría volver en cualquier momento a por la iglesia, pues muchísimas tribus no han oído aún el evangelio. La dificultad queda eliminada cuando nos damos cuenta de que se refiere a Su venida con Sus santos y no a por Sus santos. Y esto se refiere al evangelio del reino, no al evangelio de la gracia de Dios (ver notas sobre 4:23). Hay un notable paralelo entre los acontecimientos relacionados en los versículos 3–14 y los de Apocalipsis 6:1–11. El jinete sobre el caballo blanco el falso mesías; el jinete del caballo rojo guerra; el jinete sobre el caballo negrohambre; el jinete sobre el caballo verdoso pálido pestilencia muerte. Las almas debajo del altar son mártires. Los acontecimientos descritos en Apocalipsis 6:12–17 están vinculados con los de Mateo 24:19–31.

C. La Gran Tribulación (24:1528)
Al llegar a este punto, hemos llegado a la mitad de la Tribulación. Esto lo sabemos al comparar el versículo 15 con Daniel 9:27. Daniel predijo que en medio de la séptima semana, esto es, al fin de los tres años y medio, se levantaría una imagen idolátrica en el lugar santo, esto es, el templo en Jerusalén. Todos los hombres serán obligados a adorar este abominable ídolo. La resistencia a hacerlo será punible con la muerte (Ap.13:15).

Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación de la desolación,anunciada por medio del profeta Daniel (el que lea, entienda), … El levantamiento del ídolo será la señal para los que conozcan la Palabra de Dios de que ha comenzado la Gran Tribulación. Observemos que el Señor quiere que cada uno que lea la profecía la entienda. Los que estén en Judea, huyan a los montes; en las cercanías de Jerusalén podría detectarse fácilmente su negativa a inclinarse ante la imagen.

Será necesaria la mayor rapidez para escapar. Si alguien está sentado en la azotea, ha de dejar todas sus posesiones atrás. El tiempo perdido en recoger pertenenciaspodría significar la diferencia entre la vida y la muerte. El que esté trabajando en elcampo no debe volver a por su capa, o manto de abrigo, lo haya dejado donde lo haya dejado. Las mujeres que estén encinta y las que estén criando se encontrarán en aquel tiempo en clara desventaja: les será difícil escapar con rapidez.

Los creyentes deberían orar que la crisis no sobrevenga en invierno con los adicionales peligros en los desplazamientos, y que no sea en sábado, cuando la distancia que podrían viajar quedaría limitada por la ley (Éx. 16:29). Un camino de sábado no sería suficiente para que pudiesen salir de la zona de peligro.


Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Esta descripción aísla este periodo de todas las inquisiciones, progroms, purgas, masacres y genocidios de la historia. Esta profecía no ha podido quedar cumplida por ninguna de las anteriores persecuciones, porque queda claramente afirmado que terminará con la Segunda Venida de Cristo. La tribulación será tan intensa que si aquellos días no fuesen acortados nadie sobreviviría. Esto no puede significar que la Gran Tribulación, que tantas veces se especifica con una duración de tres años y medio, vaya a ser acortada. Probablemente significa que Dios acortará milagrosamente las horas del día, durante las que tienen lugar la mayor parte de las luchas y de las matanzas. Por causa de los escogidos (aquellos que han recibido a Jesús) el Señor concederá el alivio de una oscuridad más temprana.

Los versículos 23 y 24 contienen advertencias renovadas en contra de falsos mesíasy falsos profetas. En una atmósfera de crisis, circularán informes de que el Mesíasse encuentra en algún lugar secreto. Estos informes podrían ser usados para atrapar a aquellos que con sinceridad y amor esperan a Cristo. De modo que el Señor advierte a todos los discípulos a no creer informes de un Advenimiento secreto y local. Ni aquellos que hacen milagros provienen necesariamente de Dios: los milagros pueden ser de origen satánico. El Hombre de Pecado recibirá poderes satánicos para hacer milagros (2 Ts. 2:9-10). El advenimiento de Cristo será inequívoco —repentino, público, universal y glorioso—. Al igual que el relámpago, será visible en el acto y de manera evidente para todos. Y ninguna corrupción moral escapará a su ira y juicio. Dondequiera que esté el cadáver, allí se juntarán las águilas. El cadáver es figura del judaísmo y de la cristiandadapóstatas y de todo el sistema del mundo coligado contra Dios y Su Cristo. Las águilas o buitres tipifican los juicios de Dios que serán desencadenados en conexión con la aparición del Mesías.

D. La Segunda Venida (24:2931).
Al finalizar la Gran Tribulación habrá terribles conmociones en el cielo. El sol se oscurecerá, y por cuanto la luz de la luna es sólo un reflejo de la del sol, la luna no dará su resplandor. Las estrellas caerán del cielo y los planetas se saldrán de sus órbitas. Es innecesario decir que estas vastas convulsiones cósmicas afectarán al clima, las mareas y las estaciones de la tierra.

Una pálida imagen de cómo será la da la descripción de lo que sucedería si un cuerpo celestial se aproximase a la tierra y provocase una desviación en su eje. En aquel momento, un terremoto sacudiría toda la tierra. El aire y el agua seguirían moviéndose por inercia; unos huracanes barrerían la tierra y los mares se precipitarían sobre los continentes, llevando consigo gravas y arenas y animales marinos, y arrojándolos sobre la tierra. Subirían las temperaturas y las rocas se fundirían, entrarían los volcanes en erupción, la lava surgiría de grietas en la corteza quebrada y cubriría enormes extensiones. Surgirían montes de las llanuras y se desplazarían sobre las faldas de otros montes, causando fallas y hendeduras. Los lagos se ladearían y vaciarían, los ríos cambiarían sus cursos; enormes áreas con todos sus habitantes se deslizarían bajo la mar. Arderían bosques y el huracán y los mares desmadrados los arrancarían de la tierra sobre la que crecían y los apilarían, raíz y rama, en enormes amontonamientos. Los mares se tornarían en desiertos, yéndose sus aguas.

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo. No se nos dice cuál será esta señal. Su Primera Venida fue acompañada por una señal en el cielo —la estrella—. Quizá una estrella milagrosa anunciará también Su Segunda Venida. Algunos creen que la señal es el Hijo del Hombre por Sí mismo. Sea como fuere, será evidente para todos cuando aparezca. Harán duelo todas las tribus de la tierra —y ello indudablemente por haberlo rechazado—. Pero principalmente se lamentarán las tribus de la tierra, esto es, las doce tribus de Israel. «… y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito» (Zac. 12:10).

Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. ¡Qué momento más maravilloso! Aquel que fue escupido y crucificado será vindicado como el Señor de la vida y de la gloria. El gentil y humilde Jesús aparecerá como Jehová mismo. El Cordero sacrificial descenderá como el León conquistador. El menospreciado Carpintero de Nazaret vendrá como Rey de reyes y Señor de señores. Sus carros serán las nubes del cielo. Vendrá en poder y esplendor regios: será el momento por el que la creación ha estado gimiendo durante miles de años. Cuando descienda, enviará sus ángeles por toda la tierra, los cuales reunirán a sus escogidos, al Israel creyente, a la tierra de Palestina (Como bien se le conoce actualmente). Se reunirán procedentes de toda latierra para saludar a su Mesías y para gozar de Su glorioso reinado.



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El rapto de la iglesia
Dr. Armando Alducin


Fuente: www.youtube.com



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La venida de la paz mundial 
Dr. John MacArthur




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Dios es nuestro Padre amoroso

La humanidad tiende a proyectar su propia conducta en Dios. Piense en cómo muchas personas dan por hecho que tenemos que negociar, suplicar o esforzarnos para ganarnos el favor del Señor. Cuando en realidad, así como lo aprendió el hijo pródigo, el amor del Padre es incondicional.

El joven descarriado volvió al hogar, sin esperar ser amado como antes; la única esperanza que tenía era un lugar entre los sirvientes de la familia. Imagínese el recibimiento entusiasta de su padre. Las acciones del joven no merecían una demostración de amor, pero el tema de la parábola de Jesús es el de un Padre que ama incondicionalmente.



Un amor basado en la conducta mantendría a las personas preguntándose: ¿He hecho lo suficiente? Por el contrario, Dios le ama simplemente por ser usted quien es, y Él no espera nada a cambio. Piense en cómo fue la vida del hijo pródigo después de la fiesta de bienvenida. No se alojó entre los sirvientes, ni tuvo que trabajar como ellos. Fue restituido a su lugar como el hijo de un hombre rico, con todos los privilegios que eso suponía. De la misma manera, los creyentes son los hijos del Señor (2 Co 6.18). Cuando Dios los mira, no se centra en sus fracasos, faltas o pecados del pasado. Ve a los herederos de su reino que lo aman y desean pasar la eternidad en su presencia.

No importa cuán lejos podamos desviarnos de la perfecta voluntad de Dios, siempre somos bienvenidos al regresar. La Biblia enseña que el amor de Dios no puede perderse, a pesar de nuestro pecado o de nuestras malas decisiones. Los brazos de nuestro Padre están siempre abiertos.

Fuente: www.encontacto.org
Posted by Refrigerio Bíblico | 13:47 | No comments

Moldeados por el Maestro

Si usted ha observado alguna vez a un alfarero, como lo hizo Jeremías en el pasaje de hoy, conoce la fascinación que produce ver convertido a un trozo de arcilla en un vaso precioso. La lección de Dios al profeta fue para ayudarlo a entender que la nación de Israel había sido moldeada por su mano. Todos nosotros somos trozos de arcilla humana esperando el toque del Alfarero perfecto.
Cuando la arcilla se coloca en el torno, el alfarero ya tiene un diseño específico en mente. Lo mismo sucede con nosotros —Dios ha determinado cómo piensa trabajar en nuestra vida, y qué papel debemos tener en la edificación de su reino (Ef 2.10). Nos da forma con sus manos, y nos lija con sus herramientas para que nuestro carácter comience a asemejarse al de su Hijo Jesucristo. Cada creyente será formado de manera diferente, para que realice el servicio especial que Dios tiene en mente para él.


Con mucha frecuencia, nos fijamos en los talentos y en las capacidades de quienes nos rodean, y deseamos ser como esas personas. Pero hemos sido diseñados perfectamente para los propósitos que Dios tiene para nosotros, y Él no se equivoca. Si pasamos el tiempo deseando tener talentos que no se ajustan al plan de Dios, o si nos negamos a utilizar los dones espirituales que Él nos ha dado, desperdiciaremos su esfuerzo y nuestra oportunidad de servirle.
El Maestro está complacido con la manera que Él ha diseñado nuestra vida, y con las capacidades que nos ha dado. Para honrar al Alfarero —como debe hacerlo un vaso— debemos someternos a ser moldeados y utilizados como Él desee.

Fuente: www.encontacto.org


2 ene 2015

Posted by Refrigerio Bíblico | 05:03 | No comments

LA GRAN VERDAD DEL EVANGELIO

Por: Dr. Félix Muñoz

3 !!Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4 ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. 5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? 6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham
Galatas 3:19 (RVR).


Sus acciones exhibían una carencia de comprensión y de razón. Apartarse de la gracia a la ley es estar fascinado, o, como explica la BAS en el margen, estar seducido como por un encantamiento de magia, para aceptar incautamente la falsedad por la verdad. Cuando Pablo pregunta: ¿Quién os fascinó?, el quién es singular (Gr., tis), no plural, quizá sugiriendo que el diablo era el autor de esta falsa enseñanza. Él mismo había predicado a los gálatas a Jesucristo… como crucificado, enfatizando que la cruz debía separarlos para siempre de la maldición y de la esclavitud de la ley. ¿Cómo podrían volver a la ley y con ello despreciar la cruz? ¿Es que la verdad no se había apoderado de ellos de una forma práctica?

Una pregunta sería suficiente para resolver toda la cuestión. Que volviesen al tiempo de su conversión —el tiempo en que el Espíritu Santo vino a morar en sus cuerpos—. ¿Cómo recibieron el Espíritu? ¿Haciendo, o creyendo? Evidentemente, creyendo. Nadie jamás recibió el Espíritu a causa de la observancia de la ley. Si no podían obtener la salvación por las obras, ¿podían esperar crecer en la santidad o a la madurez cristiana mediante la ley? Si el poder del Espíritu era necesario para salvarlos, ¿podrían ellos completar el proceso mediante esfuerzos carnales?




Cuando los gálatas confiaron primero en Cristo, se expusieron a una acerba persecución, quizá en parte a manos de los fanáticos judíos que aborrecían el evangelio de la gracia. ¿Había sido en vanotanto padecimiento? Al volver a la ley, ¿no estaban diciendo que a fin de cuentas los perseguidores tenían razón? Si es que realmente fue en vano. Pablo expresa una esperanza continuada de que volverán al evangelio por el que habían padecido. Es cuestión discutida si el término «Aquel» (Oaquel) en 3:5 se refiere a Dios, a Pablo o a alguien que estuviese ministrando a los gálatas en el tiempo que él les escribió esta carta. En último término se ha de aplicar a Dios, por cuanto sólo Élpuede suministrar el Espíritu Santo. Pero en un sentido secundario se podría aplicar a un obrero cristiano como el instrumento mediante quien Dios obra Su voluntad. Eso daría una visión muy excelsa del ministerio cristiano. Alguien ha dicho: «La verdadera obra cristiana del tipo que sea es la comunicación del Espíritu Santo a otros; es realmente la dispensación del Espíritu».

Si el apóstol está refiriéndose a sí mismo, está probablemente pensando en los milagros que acompañaron a su predicación y a la recepción de Cristo por parte de ellos (He. 2:4). Sin embargo, el tiempo verbal indica no algo que había sucedido en el pasado, sino algo que estaba teniendo lugar en el tiempo en que él escribía. Pablo está probablemente refiriéndose a los dones milagrosos otorgados por el Espíritu Santo después de la conversión de los mismos, tal como se describe en 1 Corintios 12:8–11.

¿Lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? La respuesta es: Por el oír con fe. Que el Espíritu Santo habite en el creyente y Su obra consiguiente en él nunca se ganan ni merecen, sino que se dan siempre por la gracia y se reciben por fe. Así, los gálatas debieran haber sabido por sus propias experiencias que la bendición viene por la fe, y no por la observancia de la ley. Para su segunda prueba, Pablo pasa ahora a las mismas Escrituras que estaban empleando los falsos maestros para emplear la necesidad de la circuncisión. ¿Qué decía realmente el AT?

Pablo había demostrado que los tratos de Dios con los gálatas tenían lugar enteramente sobre la base de la fe. Ahora les muestra que los hombres eran salvados de la misma manera incluso en los tiempos del AT. La cuestión en el versículo 5 era: «Lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?». La respuesta era: «Por el oír con fe». Con esta respuesta en mente, el versículo 6 comienza, tal como Abraham… Él había sido justificado de la misma manera —por el oír con fe. Quizá los maestros judíos estaban empleando a Abraham como su héroe y ejemplo, basando su argumento para la necesidad de la circuncisión en su experiencia (Gn. 17:24, 26). Si es así, Pablo luchará sobre su mismo terreno. En tal caso, ¿cómo fue Abraham salvado? Abraham creyó a Dios. No fue por ninguna acción meritoria en absoluto.



Sencillamente, creyó a Dios. No hay mérito alguno en ello; de hecho, insensato es el hombre que no cree a Dios. Creer a Dios es lo único que uno puede hacer en relación con la salvación, y ello no le deja con ninguna base para la jactancia. No es una «buena obra», que implique esfuerzo humano alguno. No da lugar a la carne. ¿Qué es más correcto que el que una criatura confíe en su Creador, o que un niño confíe en su Padre? La justificación es un acto de Dios por el que Él declara justos a todos los que creen en Él. Dios puede de esta manera tratar de forma apropiada con los pecadores porque Cristo murió como sustituto de los pecadores en la cruz del Calvario, pagando la deuda por sus pecados. La justificación no significa que Dios haga al pecador justo y sin pecado en sí mismo. Lo considera justo sobre la base de la obra del Salvador.

Al pecador que cree, Dios le proporciona una posición de justicia, que lo hace apto para el cielo, y luego espera de él que viva rectamente en gratitud por lo que ha hecho por él. Lo importante a observar aquí es que la justificación no tiene nada que ver con la observancia de la ley. Se basa enteramente en el principio de la fe. Indudablemente, los maestros judíos mantenían que para ser verdaderos hijos de Abraham, los gálatas tenían que ser circuncidados. Pablo refuta este extremo. Los verdaderos hijos de Abraham no son los que nacen judíos ni los que se convierten al judaísmo, sino los que son salvos por la fe. En Romanos 4:10-11, Pablo muestra que Abraham fue contado como justo antes de ser circuncidado. En otras palabras, fue justificado cuando estaba aún sobre un terreno gentil.
El AT es presentado como un profeta contemplando los siglos futuros, y previendo que Dios había de justificar por el principio de la fe a los gentiles así como a los judíos. La bendición por la fe a los gentiles no sólo había sido prevista por el AT, sino que fue anunciada expresamente a Abraham en Génesis 12:3: «En ti serán benditas todas las naciones». Cuando leemos por primera vez esta cita de Génesis, encontramos difícil ver cómo Pablo halló este significado. Pero el Espíritu Santo, que escribió este versículo en el AT, sabía que contenía el evangelio de la salvación por la fe a todas las naciones. 

Por cuanto Pablo escribía por inspiración de aquel mismo Santo Espíritu, pudo explicarnos elsignificado subyacente. En ti —o sea, junto con Abraham, de la misma forma que él—. Todas las naciones —gentiles así como judíos—. Serán benditas —serán salvas—. ¿Cómo fue salvo Abraham? Por la fe. ¿Cómo serán salvas las naciones? Del mismo modo que Abraham —por la fe—. Además, serán salvos como gentiles, no convirtiéndose en judíos. Todos esos que ejercitan la fe en Dios son justificados con el creyente Abraham, según el testimonio de las Escrituras judías.

Fuente: http://www.apostasiaaldia.org



Posted by Refrigerio Bíblico | 04:45 | No comments
El dilema del mal
Dr. Armando Alducin

Fuente: youtube.com




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