Principio de vida: La paz de Dios
La paz con Dios es fruto de nuestra unidad con Él.
Juan 14.27 contiene estas reconfortantes palabras del Señor Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Hay ocasiones, sin embargo, cuando es difícil sentir la paz que Él prometió. Tal vez usted está experimentando sufrimiento físico o emocional. Quizás enfrenta una difícil batalla en su trabajo, en su familia, o por causa de una situación económica adversa. Incluso, pudiera ser que su vida esté relativamente tranquila, pero su alma está inquieta y no sabe en realidad por qué. ¿Cómo puede usted asirse de la paz permanente que da el Señor en medio de todo esto?
Su ansiedad es una señal reveladora de que su enfoque probablemente no está donde debe estar. En vez de regocijarse por el poder, la sabiduría y el amor de Dios que le mostrarán el próximo paso a seguir, es posible que haya permitido que su atención sea consumida por los detalles de sus circunstancias. ¿Está tan ocupado tratando de descifrar cómo resolverá su situación, que ha olvidado que la única solución efectiva es buscar al Padre celestial y someterse a su voluntad? De ser así, entonces debe aprender a pensar de manera diferente. Isaías 26.3 promete: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. Lo más importante es comenzar cada día con la lectura de la Palabra de Dios, pasar tiempo en oración, y permitir que el Señor le purifique de todo lo que no debe estar en tu corazón. Su tiempo con Él le dará la dirección, las fuerzas y el enfoque que usted necesita, y le colmará de la seguridad que está anhelando.
Aplicación |
Pase tiempo en oración pidiendo al Señor que le ayude a entender la razón de la falta de paz que está experimentando. Pregúntele qué aspectos de su vida necesitan estar de acuerdo con su voluntad. Luego, obedezca todo lo que Él le indique.
Cada vez que usted sienta ansiedad, vaya de inmediato al Padre, y pídale que restituya su unidad perfecta y serena con Él. Memorice Filipenses 4.6, 7 para hallar más consuelo.Ejemplos de vida
Jesús
Si Jesús no hubiera venido para morir, no hubiera tendido ningún propósito la crucifixión ni la resurrección.
Jesús: ¿Ejemplo o sacrificio?
Algunos creen que Jesús vino para mostrarnos cómo vivir una vida recta, y es innegable que Él es nuestro máximo ejemplo de rectitud. Debemos llegar a ser como Él, pero esa no es la razón por la que Jesús vino. Él vino a la tierra para poder morir como el sacrificio substitutivo plenamente suficiente que hace propiciación por nuestros pecados.
Si Jesús no hubiera venido para morir, no habría crucifixión ni resurrección. El Nuevo Testamento nos confronta reiteradamente con este mensaje: Cristo murió por nosotros. Jesús vino para que usted y yo pudiéramos tener vida eterna mediante el perdón que Él provee.
Si usted está buscando perdón con base en sus ruegos, sus promesas y sus actos, usted se quedará en sus pecados. Sólo si acepta el sacrificio de Cristo, podrá usted recibir la plenitud del Espíritu vivificante de Dios.
Fuente: www.encontacto.org |
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