11 nov 2014

Posted by Refrigerio Bíblico | 03:19 | No comments
Principio de vida: Dios asume toda la responsabilidad

Dios asume toda la responsabilidad en cuanto a nuestras necesidades, si lo obedecemos.


Todos tenemos necesidades. Cada uno de nosotros experimentamos tiempos de pobreza física, emocional, espiritual, interpersonal o financiera, que nos hacen dudar si el Señor realmente se preocupa por nosotros. Cuando las circunstancias se agravan y pasan los días y las semanas, nos preguntamos por qué razón siguen sin ser satisfechas esas necesidades. Sabemos que el Padre celestial es plenamente capaz de proveer para nosotros, por lo que surgen las preguntas: ¿Por qué razón Dios no me libera de estos problemas? ¿Va Él realmente a ayudarme?
Sí, Él lo hará. El Señor puede y está dispuesto a proveerle todo lo necesario. De hecho, Romanos 8.32 nos dice: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”. Al Padre celestial le complace suplir para las necesidades y los deseos de sus hijos. Sin embargo, hay una condición —deben obedecerle. Por tanto, hágase esta pregunta: “¿Estoy totalmente sometido a Dios?”. Si lo está, tenga entonces la seguridad de que experimentará su abundante provisión. Confíe en que Él cambiará sus circunstancias.






Aplicación

  • Dedique tiempo a la oración, pidiendo a Dios que le diga qué cosas quiere Él enseñarle por medio de esta experiencia. Alábelo después como la fuente de todo lo bueno que hay en su vida. 

  • Esta semana, cada vez que se sienta ansioso, conságrese de nuevo a obedecer a Dios y confiarle a Él todas sus necesidades. Memorice Filipenses 4.19 para recibir mayor estímulo.

Ejemplo de vida

Noemí: Sembrar en medio del sufrimiento
¿Perseverará usted, como lo hizo Noemí, y sembrará en medio del sufrimiento?
Al ver su vida en ruina, Noemí pudo haberse hundido en la tristeza de su terreno baldío, pero ella se aferró a las raíces de la esperanza. Aunque mis hijos y mi esposo ya no están aquí, pudo haber pensado, quizás pueda ver todavía algún fruto en mi vida.
Dios no la había abandonado, y ella a su tiempo recogió una cosecha abundante e inesperada de amor Su nuera Rut la miró tiernamente y le declaró su compromiso firme de quedarse con ella, de ser necesario hasta la muerte (Rt 1.16, 17). Noemí puso su fe en el Señor, y Él proveyó para ella.
En cualquier situación que se encuentre, el Señor está con usted y puede sostenerle. Aunque no haya fruto ahora, las semillas de amor y fidelidad que ha esparcido producirán una abundante cosecha. ¿Perseverará como Noemí, y seguirá sembrando en medio del sufrimiento?
El predicador: Lo costoso no siempre es valioso
Una historia de Eclesiastés enseña que los momentos más valiosos de la vida no son los más costosos. 
El Predicador es un gran ejemplo de cómo «la buena vida» carece de poder para hacernos verdaderamente felices. Nos relata que construyó casas, plantó viñedos, dispuso jardines y huertos, poseyó rebaños y hatos, recolectó plata y oro y acumuló tesoros dignos de reyes. No se negó ningún deseo, y ¿cuál fue el resultado? «Todo era vanidad y aflicción de espíritu» (Ec 2.11).
Los momentos más valiosos de la vida por lo general no son los más costosos: la risa de un niño, el abrazo de un abuelo, una taza de café con un amigo, un paseo con la familia, un «te quiero» de papá y mamá. La próxima vez que anhele tener más riquezas terrenales, pídale a Dios que le muestre cuánta riqueza ya posee en Él. Dese cuenta de que al creer en Dios, usted cuenta con la bendición de los tesoros inmensos del cielo, los cuales jamás se esfumarán como las riquezas terrenales (Mt 6.19–21; Ef 1.3, 4; 1 Ti 6.10–19).
Fuente: www.encontactu.org



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