12 nov 2014

Posted by Refrigerio Bíblico | 05:36 | No comments

Principio de vida: Dios actúa a nuestro favor

Dios actúa a favor de quienes esperan en Él.

¿Qué es aquello que usted ha estado esperando? ¿Qué promesa del Señor anhela ver cumplida? Es posible que cada día se despierte con la esperanza de tener una buena noticia sobre su situación. Pero cuando no la recibe, o se da cuenta de que la espera podrá ser larga, puede sentirse frustrado y desalentado.
Si esto es lo que está experimentando ahora mismo, entonces está enfrentando una de las lecciones más difíciles en la vida del cristiano, que tendrá usted que enfrentar una y otra vez a lo largo de su vida. Aprender a esperar en Dios es un reto, pero es absolutamente necesario para su fe y su relación con el Padre. ¿Lo conoce usted lo suficientemente bien como para confiar en Él? ¿Es suficientemente fuerte su confianza en el carácter de Dios como para soportar, no importa el mucho tiempo que tenga que esperar la bendición? Usted sabrá, por medio de la prueba, si su corazón le pertenece o no realmente a Él, o si en realidad está puesto en lo que el Señor puede hacer por usted.
Cobre ánimo sabiendo que, mientras espera, el Señor está obrando en bien suyo de una manera que superará todas sus expectativas (2 Co 4.16-18; Ef 3.20, 21). El conocimiento que Él tiene de usted y de su situación es absolutamente perfecto, y Dios nunca ha dejado de cumplir ninguna de sus promesas (Jos 21.45). Por tanto, puede confiar en que Él le dará lo mejor que tiene para su vida. Tenga fe en su tiempo absolutamente perfecto. Usted recibirá lo que anhela su corazón, no sólo cuando su respuesta esté perfectamente preparada para usted, sino además cuando esté realmente preparado para recibirla (Sal 37.4).





Aplicación
  • ¿Está usted teniendo dificultades para esperar en el Señor? Cambie el enfoque de su deseo, de su corazón a Él. Aparte tiempo para pensar en lo que significa tener a Dios como su Proveedor, y déle gracias por darle Él siempre lo mejor. 

  • Pídale, además, al Padre celestial que examine su ser, revelándole si hay algo que Él quiere que usted aprenda durante su tiempo de espera. Obedezca todo lo que Él le indique, ya sea arrepentirse de un pecado, aceptar una nueva responsabilidad en el servicio, o dar algún otro salto de fe.

Ejemplo de vida

Abraham: El hombre perseverante
No llamemos a Abraham solo un hombre de fe (Gá 3.9), sino también un hombre de perseverancia. Fue como si el pistoletazo de salida hubiera sonado en su vida cuando Dios le prometió que tendría un hijo en su vejez. Pero los años pasaban, y Abraham y Sara no veían todavía la respuesta a la promesa de Dios. Pero la Biblia nos dice que Abraham «creyó a Jehová» (Gn 15.5, 6).
Abraham mantuvo los ojos de su corazón firmemente puestos en el Señor. Pasaron dos años, y el niño no llegó.
Pero él seguía confiando en Dios.
A pesar de un traspié en la mitad de la carrera (Gn 16), Abraham corrió fielmente. Durante 25 años caminó en armonía con Dios hasta que, por fin, a la edad de 100 años, él y su esposa, de 90, tuvieron un hijo (Gn 21.1–3).
¿Por qué la larga espera? Al parecer, Dios quería que Abraham (¡y nosotros! aprendiera la relación que hay entre esperar, confiar y tener esperanza (Sal 33.20). Y esa esperanza, como nos lo recuerda el apóstol Pablo, nos mueve a esperar en Dio «con paciencia» (Ro 8.25). Aun cuando eso signifique correr el maratón más largo de nuestra vida.

Fuente: www.encontacto.org

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