31 oct 2014

Posted by Refrigerio Bíblico | 09:06 | No comments

Revestidos de Cristo

Ganar una batalla espiritual comienza siempre con la presencia y el poder del Señor Jesús en nuestra vida.

En algún momento, todos seremos llamados a involucrarnos en la batalla espiritual, ya sea que ésta comience por circunstancias externas o dentro de nuestros propios corazones. En esos difíciles momentos, la sombría insinuación de que no se puede confiar en Dios, nunca está lejos de nuestras mentes.
¿Alguna vez le ha pasado que sin importar lo que haga, no logra dejar de temer que, a pesar de toda su fe y devoción, el Señor no se presentará para salvarle? Nuestros temores y ansiedades más grandes afloran y, de repente, sentimos como si el piso se estuviera abriendo debajo de nuestros pies.
En lo más profundo de nuestro ser, anhelamos tener paz en momentos así. Pero tenemos que reconocer que se está librando una batalla, no por nuestra tranquilidad, sino por nuestro corazón. Permanecer pasivos ante la batalla significa ser derrotados antes de comenzar. Como cristianos, tenemos que aprender cómo luchar de una manera que honre a Dios.
Según las Sagradas Escrituras, Dios ya le ha dado a usted la protección y el poder que necesita para involucrarse en la batalla y salir victorioso.
LEA Efesios 6.10-18
Pablo utiliza la imagen de la armadura para ilustrar esta provisión espiritual tan real de Dios. Y así como hay que ponerse la armadura en el cuerpo pieza por pieza para que ésta sea efectiva, nosotros debemos de manera intencional revestirnos de cada una de estas “armas de nuestra milicia” (2 Co 10.3-5) para estar realmente preparados para usarlas.
Este simbolismo del Nuevo Testamento se conecta claramente con el lenguaje utilizado en otras partes de las Escrituras (véase Isaías 11.4, 5; 59.16, 17 como ejemplos). Hay una verdad fundamental en esta conexión, que puede revolucionar la forma de ver la lucha espiritual. Cada arma o pieza de la armadura es el arma y la armadura de Jesucristo. En estas profecías acerca del Mesías, vemos al Señor como un guerrero, vestido para la batalla espiritual y haciendo retroceder a las fuerzas del mal. No es ninguna coincidencia que lo que Pablo describe evoca estas descripciones (es decir, la coraza de justicia, el yelmo de la salvación, la espada de la Palabra de Dios, o el cinturón de la verdad). Como seguidores del Señor Jesús, lo seguimos en la batalla para recuperar lo que el reino de las tinieblas ha robado y para hacer frente a las artimañas que el Enemigo utiliza para distraer, engañar y desarmar al pueblo de Dios.
Gálatas 3.26-27 nos dice que quienes estamos unidos al Señor, hemos sido “revestidos de Cristo”. Romanos 13.14 repite la frase como una exhortación (que también puede ser traducida como “vestíos de la presencia de Cristo” o “tomad las armas de Cristo”); esto implica que aunque su Espíritu vive dentro de nosotros, debemos decidir con ahínco andar en la realidad de su presencia y de su poder.
Cada vez que usted luche contra los ataques del Enemigo, estando revestido de esta armadura espiritual, se mantendrá firme en Cristo -su verdadera identidad (Col 3.3).
REFLEXIONE Y EXPLORE En estas ideas que tienen apoyo en las Sagradas Escrituras. Si tiene tiempo, examine los pasajes y escriba sus respuestas a cada una de las siguientes preguntas:
  • Ver una situación con los ojos de nuestro corazón cambiará nuestra perspectiva y nos dará confianza en cuanto a la presencia y el poder de Dios.
  • Lea 2 Reyes 6.8-23. ¿Cómo cree usted que cambio la actitud del siervo de Eliseo, después que el Señor le reveló lo que el profeta ya sabía?
  •  Cuando reconocemos quiénes somos realmente en Cristo, y el propósito para el cual Él nos ha llamado, somos facultados para tener acceso a su poder, que está siempre presente y a nuestro alcance.
  • Lea Efesios 1.18-23. ¿Por qué es tan importante, en medio de una batalla espiritual, que reconozcamos la autoridad de Jesús sobre todas las cosas (incluyendo nuestros corazones y todo el poder maligno que trata de engañarnos y destruirnos)?
  •  Cuando se trata de la tentación, usted puede reconocer, resistir y derrotar los ataques del Enemigo teniendo su corazón cerca de Dios y estando rendido a Él.
  • Lea Santiago 4.6-8, 1 Pedro 5.8, 9 y 1 Corintios 10.12-14. ¿Por qué es importante entender no solamente quién es nuestro Enemigo y los límites de su poder, sino también cómo resulta él afectado por nuestras convicciones espirituales y las decisiones que tomamos?
  •  Hemos sido rescatados de la “potestad de las tinieblas” y trasladados por Jesús a su reino, donde Él reina con poder y paz.
  • Lea Colosenses 1.9-20. Cuando las tinieblas oscurecen esta verdad, ¿de qué manera el saber de quién somos afecta lo que vemos?
RESPONDA
Conteste las siguientes preguntas y, de ser posible, escriba sus respuestas.
  • Qué le está diciendo Dios hoy por medio de este estudio?
  • ¿Qué preguntas tiene en cuanto a lo que ha aprendido? Pídale al Señor que le muestre la verdad por medio de la oración y el estudio de la Palabra, y que le ayude a permanecer atento a lo que Él tenga que decirle en los próximos días.
  • Escriba una oración de respuesta a Dios.
Fuente: www.encontacto.org

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