Perder para Ganar
Dr. Félix Muñoz
«Pero todo
lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida, por amor de Cristo. Y
a decir verdad, incluso estimo todo como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por su amor lo he perdido todo, y lo
veo como basura, para ganar a Cristo - Fil 3:7-8 (RVC)».
La palabra "basura" viene del Griego "skúbalon" que es:
"desecho", denota: 'excremento, lo que se hecha fuera del cuerpo, y
desperdicio, la comida que se tira de la mesa a los perros luego de una fiesta
la cual es declarada inservirble.'
La madurez debe ser el fundamento de toda la efectividad que permanece.
"En lo que concierne al Padre, los años iniciales e intermedios de la vida
Cristiana tienen que ver primeramente con el desarrollo espiritual del
creyente. La mayoría del servicio de los creyentes durante ese tiempo debe ser
aprender cómo no hacer las cosas para poder hacer las cosas."
“Se ha hecho un daño incalculable a la espiritualidad profunda de la iglesia,
por la idea de que una vez que se es salvo, el uso de los talentos personales y
dones en Su servicio viene en forma automática. No; para ello es en realidad necesaria una gracia
muy especial. Y la manera como esa gracia viene es por medio de la entrega
rendida. El creyente debe ver cómo todos los dones y poderes del Espíritu son
antes de tomar acción en el servicio. Debe sentir que no puede de manera
instantánea proceder a usar los dones o sus talentos personales para la gloria
de Dios. Debe primero ponerlos a los pies de Cristo para que Él Mimso mediante
su aprovación y poder forme el fruto deseado. El error es pensar que Dios es
glorificado por los dones y talentos perosnales, cuando realmente Él es
glorificado por el fruto que Él produce (Gál 5:19-22, Jn 15:1-8)."
“Todo creyente debe sentirse absolutamente desprovisto de sí mismo para usar
los dones y talentos correctamente. Debe ver que lo más peligroso para él es
fiarse en sí mismo basandose en sus cualidades espirituales, personales e
intelectuales, porque a través de ellos de no vivir una vida rendida, la carne,
la vieja naturaleza, ejercerá fácilmente su poder. En esta convicción el
creyente debe separarse de todos recursos personales, entregándoselos
enteramente al Señor. Cuando Él los acepta, y pone su sello sobre ellos, el
creyente recibe de vuelta tales recursos, para considerarlos como propiedad del
Señor y no como la suya propia, para usarlos día a día de manera correcta, y
para que actúen solamente bajo Su influencia, y no bajo la influencia personal.
Sobre toda dificultad que el creyente puede pasar no hay una como ‘tener
confianza en la carne’.”
«No es que ya lo haya alcanzado, ni que ya sea perfecto, sino que sigo
adelante, por ver si logro alcanzar aquello para lo cual fui también alcanzado
por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya; pero una
cosa sí hago: me olvido ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me extiendo
hacia lo que está adelante - Fil 3:12-13 (RVC)».
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